lunes, 9 de abril de 2018

Los placeres del paseo


Lo recuerdo, fue un sueño o simplemente
          la ilusión de una historia inmaculada:
          una noche de encuentros en la playa,
          de caricias tan dulces como ausentes,

de las manos desnudas en las manos,

          del vagar de los pies sobre la arena,
          te perdí como el tiempo que no llega,
          como brisa en un cálido verano.

Pasaron muchos años y los días

          atentos al transcurso de los cuerpos
          velaron el latido de la herida.

Pero un vuelo anhelante de deseo

          descubrió las aristas de la vida,
          renovó los placeres del paseo.

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